domingo, 9 de septiembre de 2012

Soul Eater ¡¡Go go!! 39

"Desde el principio supe que no devíamos entrar en ese espejo mágico..."
- ¡AAAHH!
- ¿¡Estás bien Mauricio!?
- Si... no te preocupes - Respondió este llevándose la mano al hombro que no paraba de sangrar.
- ¿¿¿¡Pero quién es esa!???- Ante ellos estaba una chica de metal. La que había herido a Mauricio.
- Ni idea...- Puso a Ricardo en forma defensiva.
- Soy Yeilea, la bruja de hierro, la que cuida de la entrada del espejo mágico.- Y mientras lo decía volvía a atacar, lo hacía con trozos de metal oxidados. Mauricio los partió todos.
- No debisteis entrar.- Después de decir aquello, la bruja se acercó y empezó a luchar nada mas con su cuerpo.
- Eso no lo decides tú.- El técnico intentaba esquivar todos los ataques, pero cuando fue su turno, el arma chocó con fuerza contra el cuerpo del oponente, provocando que saliesen unas chispas.
- Mi cuerpo es impenetrable, ahora es mi turno.- Y antes de que pudiese reaccionar, Yeilea le había propinado un fuerte puñetazo en el estómago. Este salió disparado hasta un árbol con el que chocó fuertemente.
- AAAAHHH
- ¡¡Tenemos que huir!!- Dijo Ricardo. Mientras, Maurico tose sangre, se levanta costosamente y mira fijamente a la guardiana.
- Necesitaremos lo mejor de nosotros para derrotarla.- Y vuelven a ataque. Está vez, con mas fuerza golpea el brazo de la robot, pero solo aboya el duro metal. Esta se acerca y este detiene un puñetazo con su arma, después atrapa la manó y empuja hacía abajo con todas sus fuerzas, haciendo que la bruja caiga al suelo y después le da una patada que la manda lejos. Yelia cae apoyando una manos en el suelo firmemente parando el impulso, al recuperarse empieza a lanzar de nuevo otros pedazos oxidados, mientras su oponente se acercaba peligrosamente. Este iba a darle pero ella se mueve rápida tocándole en el hombro herido y propinándole una descarga eléctrica, después se aparta de un salto. Mauricio cae de rodillas mientras sangraba mas y mas y mas... mientras quien le causó eso, estaba a punto de darle el golpe final, pero algo la retuvo, recibiendo todo el dolor...

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