Empezé a buscar por El reino de Al-Yandibh, un reino desertico. Me vestí al igual que siempre, cómo un caballero y me dirijí a hablar con el gobernador. No me deshize de mi parche, puesto que llevar mi horrible ojo destapado sería llamar a la muerte segura.
-¿Quien sois?- Me dijo el gobernador en un extrangero idioma, el cual, aprendí durante mi entrenamiento de espía. El señor poseía un ojo totalmente blanco y el otro... el otro estaba tapado con un vendaje
-Soy el hijo del rey de las tierras de Tikingo, Kirunga, señor mio-Mentí- Venía a preguntar por una pequeña de un ojo de color podrido y otro rojo.
-¡No me mintais muchacha!-¿Muchacha? ¿Desde cuando esta hombre...?-Por muy bien que imiteis a un caballero a mi no lograreis mentirme.
-Oh, ya veo señor, conque sois vos un graceling... y su gracia supongo que será...
-Mentís como un cerdo, no hayo más sentimientos en vuestro corazón que el del odio.
-...La verdad...-Murmuré
- ¡No poseo a esa niña en mi reino! ¡Largaos!-Yo no le creí a ese hombre, así que decidí investigar por mi cuenta. Iva a ser un trabajo muy largo...
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