jueves, 20 de diciembre de 2012

Historia random, Mery. Parte -1

Hola y patatofobias para todos y todas ;D.
Si, esa cara al leer lo de arriba fue épica, ojalá la hubiese visto. Esto, es el inicio de una cosa, mas bien una historia, como dice el título, TOTALMENTE RANDOM. No tendrá ninguna explicación, ni sentido alguno. Escribiré  lo primero que se me venga a la cabeza, sin modificar nada, NADA. Así que, si quieres, puedes leer la primera parte, y si no quieres... ¿Por qué sigues leyendo? ¿¿Qué haces con tu vida?? Pero, agradezco que sigas leyendo esto, por lo que supongo que leerás esta humilde historia sin pies, ni cabeza ni manos... hay pobre historia, desde pequeña tuvo una vida complicada... no podía andar, ni mirar las flores o coger un  pañuelo con las manos... un segundo de silencio por ella...


Parte -1:

Corría un año de lo mas normal en Putnstú, el reino de las ovejas. Las ovejas que allí vivían, no podían nadar, pero no importa, por que su lana hacía que flotasen... Hasta que un día, un maléfico lagarto apareció en Puntsú, y se comió toda la lana que tenían. Pero eso tampoco importaba, por que las ovejas de aqueste lugar, no tenían agua, por que tampoco la necesitaban, si, eran animales completamente inmunes a la necesidad de agua. Pero esto tampoco tiene nada que ver con nuestra verdadera historia, es mas, ni siquiera Puntsú tiene que ver, la verdadera historia, empieza así:

Caminaba uno de nuestros protagonistas por un lago de lava. Se llamaba de una forma completamente diferente de la que os imagináis: se llamaba "Lápiz hijo de Sacapuntas" Lápiz, venía de un pueblo muy lejano a Puntsú, sus ovejas, el lagarto, el río de lava... Venía de un ordenador, comúnmente llamado: "computadora". En ese pueblo, lo único que se hacía, era fabricar USB´s y comer palomitas asadas a fuego lento. Lápiz se había marchado de su pueblo, por que detestaba las palomitas asadas a fuego lento. Su destino, era llegar a un lugar completamente diferente  era llegar al mismo lugar donde tú estas, pero para eso, tendrá que pasar por muchas cosas, tal vez demasiado raras para que su mente las pueda soportar. Por cada capítulo que se haga, el chico quedará agotado. Pero probablemente, llegue a su destino después de un largo viaje donde aprenderá a hacer un montón de cosas inútiles, que tal vez no le sirvan de nada, como aprender a hacer una ecuación de cuarto grado, o saber que el lagarto que se comió la lana de las ovejas de Puntú, se llamaba "Toronte". Y con esto termina este capítulo sin el mayor sentido común, gracias (Reverencia torcida 45,234455 grados, del escenario salen palomas de color rosa tulipán y perros montados en correas)

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