jueves, 7 de febrero de 2013

Soul Eater ¡Go go! 71

Cuando se despertó, faltaba muy poco tiempo para la hora de la comida, podrían llegar en cualquier momento. Se vistió y se peinó. Bajaba las escaleras cuando tocaron al timbre.
- ¡Hola!
- Margaret, Eduard. Pasad.
- Cuanto tiempo, hermano mío. ¿Y Mery?
- Hola madre.
- Bueno, cariño. Ve cogiendo tus cosas, que el carro nos está esperando.
- ¿No es muy pronto? - Apresuró a decir su tío.- Les invito a comer.
- Bueno, si tanto insiste...
Se quitaron sus abrigos y se dirigieron a la mesa. Mientras tanto, Julius le dijo en voz baja a Mery:
- Intentaré convencerlos, de que se queden una noche, pero no podré hacer mas.
- Muchas gracias tío.- Dijo, lo intentó decir lo mejor que pudo, pero aún así la tristeza se le reflejaba. <<Tal vez, con eso puedo decirles adiós>>
La comida dio comienzo y mientras transcurría, la única en tomar la palabra era su madre, que decía lo lujosa que era su casa en San Francisco y que si tenía un montón de joyas o quejándose de cuando sus criadas eran muy torpes. Cuando parecía que no tenía mas que comentar, Mery abrió la boca y de ella salieron unas palabras casi audibles:
- ¿No sería posible que me quedase aquí?
- HAHAHAHAHAAH- Rieron a la vez sus padres.
- Veo que tu estancia aquí te ha aumentado el sentido del humor.
- Está haciendo un curso. Tiene una compañera, no puede irse sin mas.- La defendió Julius.
- ¡Tonterías! Se las sabrá arreglar sin ella. Además, no quiero que ande revoloteando por ahí como una estúpida.
- Yo...
- Tu, querida, no tienes mas que añadir. Mientras mas te alejes de este horrible ambiente mejor, te está trastornando la cabeza.
Y con eso, dio por terminado el tema.
Al final de la comida, su padre y su tío empezaron a jugar a las cartas, su madre se retiró a una habitación y empezó a leer un libro. Mientras, su única hija se fue a su cuarto, se sentó frente a un espejo y empezó a llorar. Se sentía impotente, sentía que la rabia y la ira le consumían, mientras cerraba sus puños hasta herirse.  Entonces, detuvo su mirada en las tijeras y tomándolas, empezó a cortar sus rubio pelo.
Se sentía mucho mejor, su cabeza era mucho mas ligera y sobre todo aquello le recordaba a alguien que no quería olvidar. Y dieron las siete y media, la hora de la partida.


Mientras tanto, en Miami:
- Por favor una margarita.- Dijo Merlo mientras tomaba el sol en la playa de un hotel lujoso.- ¿¡Qué!? ¡Los malos también tenemos vacaciones!

Bueno, volviendo al relato...

Y dieron las ocho. Mery estaba enfrente del pasillo, la puerta estaba abierta y se oía como el carruaje se alejaba, ella sonreía. Aquellas últimas palabras de sus padres le quedarían grabadas con fuego: "Eres la deshonra de la familia, ese maldito shinigami te trastornó la cabeza. No intentes volver con nosotros. A partir de este día estás desheredada"
- Desheredada...- A sus espaldas estaba su tío que lo observó todo.- Mira, igual que yo. Solo que no tengo un corte de pelo tan estupendo.
La chica corrió a abrazarle.
- Me voy a quedar.- Dijo sin poner la entonación adecuada, todo lo ocurrido se lo impedía, de lo contrario hubiese gritado de alegría.
- Lo sé. Y no sabes cuanto me alegro.

2 comentarios:

  1. hmm me gustaría saber que tipo de corte de pelo se hizo xDD por cierto escribes muy bien :3

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    1. ¡Genial! XD Intentaré hacer un dibujo, y si me sale bien, lo subo.
      o///////////////o waaaaaaaaaaaaaaaaa me sonrrojo XDX ARIGATO

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