sábado, 25 de agosto de 2012

Soul Eater ¡¡Go Go!! cap. 18

Estos iban un poco mas elegantes de lo normal. Salieron a revivirlos y después todos se sentaron en una gran mesa. Para Gomu la cena fue leeeeeeeeeeeeeeeeeeeenta, tal vez demasiado formal. Pero después de terminar fue peor, se supone que cunado Mery iba, todos jugaban juntos y se divertían, ahora tenía que recoger todos los platos de la mesa, lavarlos y guardarlos, limpiar la mesa y al rededor suya, gracias a Liz y Patty. Para cuando había terminado se tenían que ir. Ese día no quiso saber nada de nade y se fue directa a la cama. Claro, que mas tarde se levantó hizo los deberes, estudió y se durmió a las dos de la mañana.
Un poco atrás.
- Es asombroso que un Shinigami nos halla invitado a su mesa.- Dijo Julius.
- Si. Pero esta vez es una pena que no haya estado Gomu, aún que Kid, Patty y Liz son muy majos.- Se voltea y descubre la iglesia. No pudo escuchar lo que su tío le respondió, era como si la tuviese hipnotizada.
- Tío, voy a entrar un momento.- Este calló y con voz mas seria dijo:
- De acuerdo no tardes.- Fueron hasta la entrada. Primero pasó Mery, pero al hacerlos las puertas se cerraron.
- ¿¡Te encuentras bien!?
- Si. Pero no logro abrir las puertas.- Después de un momento de fallidos intentos, le dijo a su tío.- Espérame aquí. Ahora vuelvo.- Comenzó a caminar y sus pasos retumbaban por toda la iglesia. Estaba oscura, pero la tenue luz que se colaba por las vitrinas era suficiente para ver. ¡Y sonaron las campanadas de las once! TAN TAN TAN TAN TAN TAN TAN TAN TAN TAN TAN. Eso la hizo sombre saltarse. Se tranquilizó y siguió caminando, hasta el fondo. Le pareció curioso ver unas letras en latín medio ocultas en la pared. Las leyó y en voz baja para si misma tradujo:
- Las puertas solo se abren hacía fuera.- Eran un tanto tétricas para estar en un sitio así. A su derecha vio una puerta de madera gruesa y desgastada. La abrió y descubrió con horror que había en esa sala, la sala de las campanas, de donde uno se cuelga para hacerlas sonar. Al principio se puso alerta, se alejó lentamente y recordó que sería inútil luchar con lo que llevaba, o mas bien sin lo que llevaba. Empezó a correr hasta la puerta, pero no la logró abrir. Y de repente BUM cae al suelo de las escaleras de fuera del edificio.
- Te encuentras bien.- Le preguntó su tío. Al parecer el había abierto las puertas, estas seguían abiertas, de una patada las cerró y se escuchó un estruendo.
- Si. Solo volvamos a casa.- Y así lo hicieron. Pensó, que tal vez podría volver, pronto, pero no lo hizo hasta después de mucho tiempo. No se libaría de malos sueños y esa noche no fue la excepción.

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