Me encontraba andando en bicicleta por la húmedas calles cuando me encuentro con algo muy brillante, freno en seco. Pero todo estaba empapado y el freno fallo y caigo de bruces en el suelo. Me siento y corro hasta con lo que se supone que me debí de haber dado. Que era en realidad, era un holograma.
- ¡Toma!- Dijo de repente una voz que provenía de él.- Es un bolígrafo que te avisa cuando hay una misión. ¡Adiós!
- ¡Espera un momento...!- Pero todo se había desvanecido. Fue enconces cuando me di cuenta de que mi muñeca me dolía. No le presté atención. Miré al bolígrafo y me lo guardé. Subí nuevamente a la bicicleta para llegar antes de que anocheciera mas.
Llegué pronto al hogar de Gomu. Me abrió ella la puerta. Me empezaba a arrepentir de ser tan espontánea. Ahora estaba muy mojada y casi lo les conocía de nada, debería tal vez haber ido con Otani.
- Ho-hola.- Dijo esta.
- Hola, vengo a veros
- Eh, quien es, Go... ah, ¡¡hola!!
- Amm, Mery, ¿te unes al uno?
- ¡Vale!
- Pasa.- Entro. Me disculpo:
- Perdón por venir sin avisar. Es que no entiendo nada de lo que está pasando. Y necesitaba hablar...
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